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jueves, 17 de noviembre de 2011

ORACIONES

 Se entiende por modalidad o estatuto de la oración la relación que se establece en el discurso entre el hablante y el oyente y entre el hablante y el contenido de su predicado. Un mismo contenido sujeto-predicado se puede presentar como una aseveración, mandato, pregunta, deseo... Esta actitud del hablante ante lo dicho (dictum) es la modalidad (modus) de la oración, condicionando la modalidad la estructura que la oración adopta. En este sentido podemos decir que O=Sj+Pred es más bien un contenido o dictum afectado por un modus o modalidad:

            O= M[D]
donde
            D=Sj+Pred

ENUNCIATIVAS

ENUNCIATIVAS


            Denominadas también aseverativas o declarativas; expresan la conformidad o disconformidad objetiva del predicado con el sujeto. El hablante sólo enuncia que el predicado conviene o no al sujeto:

            Pedro viene
          La silla es blanca

Se caracterizan por el empleo del modo indicativo y la ausencia de recursos lingüísticos que marcan las restantes modalidades. Se dividen en afirmativas o negativas, poseyendo estas últimas alguna marca de negación:
            
Pedro no viene                 
Nunca paga el café

INTERROGATIVAS

 INTERROGATIVAS

            Corresponden a enunciados 
que esperan respuesta verbal por parte 
del interlocutor. Las dividimos en 
los siguientes tipos:

·        totales: donde el hablante 
pregunta por todo el contenido, es decir, pretende saber si el predicado conviene 
o no al sujeto. La respuesta sólo puede ser si o no o locuciones equivalentes:
¿Pedro viene?
¿Tienes ganas de dejar esto?
·        parciales: donde se pregunta por un elemento del enunciado. El hablante solicita información sobre un hecho que conoce de modo incompleto; por esto construye la oración con un morfema interrogativo que el oyente es invitado a sustituir por la información requerida. La respuesta es un sintagma que contiene esa información:
¿Quién ha venido?
¿Cuándo nos vamos a casa?
Interrogativas negativas:
            Aquí se ha neutralizado la oposición afirmación/negación. La diferencia es simplemente estilística: al emplear la forma negativa indicamos que esperamos respuesta afirmativa:
            ¿No te apetece una caña?
            ¿No tenías un hermano cura?
Interrogativas que no son tales:
            Aunque formalmente son interrogativas, no son verdaderas interrogaciones:
·        interrogativas retóricas: que son preguntas que no esperan respuesta alguna; las consideramos más bien  un recurso estilístico. Pertenecen a una función expresiva del lenguaje y equivalen a exclamaciones:
¿Esas flores dónde están? ¿dónde han quedado?
En qué campo, diganme, se marchitaron        
·        interrogativas equivalentes a mandatos: y solicitan del oyente una respuesta no verbal; generalmente, cuando pedimos algo de una “forma indirecta”:
 ¿Tiene fuego?

Interrogativas indirectas:
            Al hacer depender una oración interrogativa de un verbo de lengua o entendimiento, se origina una oración compuesta denominada interrogativa indirecta:
            ¿Viene Pedro?       Ignoro si viene Pedro
            
¿Cuánto vale?           
Te pregunto cuánto vale 

DUBITATIVAS

 DUBITATIVA
            Se presenta el enunciado como dudoso. La incertidumbre se plasma con el subjuntivo y adverbios de duda; si empleamos indicativo, la duda  se presenta como atenuada:


            Acaso está enfermo.
            Tal vez apruebe.

Otras formas de expresar la duda es con futuro o condicional de probabilidad:


                     Serían las diez
 Habrá ganado mucho dinero

EXCLAMATIVAS


 EXCLAMATIVAS
            Marcan una especial afectividad ante lo enunciado. Son compatibles con enunciativas, exhortativas y desiderativas:
            ¡Ha venido Pepe!
            ¡Qué lo cuelguen!
Enunciados exclamativos de estructura no oracional:
            Mediante éstos el hablante desahoga un sentimiento (alegría, dolor, sorpresa...) o simplemente constata la presencia de algo que le afecta:
            ¡Ay, mi callo!
A estos enunciados pertenecen las interjecciones y las exclamaciones:
·        interjecciones propias: en realidad, son secuencias fónicas, al margen incluso del sistema fonológico de la lengua:
¡Ay!, ¡ brrr!, ¡ uf!, ¡ pssst!, ¡ eh!.....
·        interjecciones impropias: son palabras existentes en la lengua, que ocasionalmente se habilitan con intención exclamativa perdiendo su significado propio:
            ¡Cielos!,  ¡Cáscaras!,  ¡Arrea!....
·        exclamaciones: son sintagmas acuñados con finalidad exclamativa.
¡Dios mío!,  ¡Virgen santa!, ¡Madre  mía!, ¡Por todos los demonios!....
·        El ámbito de la religión, el sexo y la excreción proporcionan muchas interjecciones impropias. Muchas interjecciones “inocentes” son, en realidad, transformaciones fónicas de secuencias con un posible carácter obsceno o sacrílego y se corresponderían a eufemismos:

¡Ostras!, ¡Caray!, ¡Mecachis la mar!,  ¡Mecachis en diez!